El montañismo es la modalidad deportiva favorita para la mayoría de los amantes de la naturaleza. Tal vez a algunos les resulte aburrido, e incluso poco motivador, pero lejos de eso es un deporte que requiere sacrificio y esfuerzo constante. Además, quienes lo practican, lo consideran como un verdadero estilo de vida y una forma de experimentar e interpretar el mundo que los rodea.

 

Montañismo. ¿Deporte extremo?

Esta práctica deportiva no incluye la búsqueda de peligros, y menos aún el jugar con la muerte. El alpinista conoce bien las condiciones que pueden presentarse en una escalada: sol, tempestad, roca seca sobre la que se sostiene bien, roca helada sobre la que es fácil un resbalón, viento del norte que promete buen tiempo o viento del oeste que amenaza tormenta. Calor abrumador y, dos horas después, hielo.

 

Sin embargo, ¿por qué mueren los grandes alpinistas? ¿cuáles son las causas de los accidentes en la montaña? ¿Por qué vuelven una y otra vez a conquistar las grandes cumbres?

Sólo el amor a la montaña, vinculado a la sensación de pasar unos minutos en la cumbre, puede provocar que el alpinista vuelva una y otra vez a intentar escalar las montañas más peligrosas del mundo. 

Desde aquí, aconsejamos conocer tanto las condiciones naturales del lugar donde vayamos a practicar montañismo, como las físicas.

Motivos

Existen motivos objetivos por los que se producen la mayoría de accidentes en los Pirineos, Alpes o Himalaya. Por ejemplo, el desprendimiento o caída de piedras, provocados generalmente por el escalador, el viento o la lluvia. La hora peor es cuando el sol recalienta las paredes, ya que las piedras empotradas en la nieve dura se deslizan, caen y desencadenan el accidente.En consecuencia, siempre hay que partir temprano y elegir un buen itinerario. Son preferibles las aristas a los couloirs (pasillos estrechos). Los aludes son los grandes causantes de las tragedias en la montaña y el peligro más temido por los alpinistas. El alud de nieve suele ser de dos tipos: los de superficie, en los que sólo se desliza la capa de nieve superior, y los de fondo, que arrasan con cuanto encuentran a su paso. 


En el Himalaya, por ejemplo, los peligros objetivos más evidentes con los que se enfrenta el alpinista por encima de los 7.000 metros son los producidos por la rotura de una cornisa o por el desprendimiento de una placa de viento. La placa de viento es una placa de nieve polvo que ha sido transportada por la acción del viento, depositada sobre la montaña, quedando una capa de aire entre la nieve transportada por el viento y la nieve ya asentada. Por la acción de un ruido o por el propio peso del alpinista puede romperse y deslizarse montaña abajo. Estas placas llegan a tener una anchura de 500 metros o más.

Refugio Vega de Ario-Marques de Villaviciosa
Refugio Vega de Ario-Marques de Villaviciosa

Refugios de montaña

Aunque los montañeros siempre utilizaron las cabañas de pastores y otras edificaciones o cavidades para pernoctar, a comienzos del siglo XX se comenzó la construcción de refugios de montaña en los Pirineos, Picos de Europa, Sierra Nevada y Sistema Central. Se trataba en este caso de instalaciones deportivas impulsadas por quienes practicaban deportes de montaña para facilitar sus travesías y ascensiones, fundamentalmente por clubes de montaña. 

 

Hoy día, las instalaciones que disponen de guarda de refugio suponen una garantía de calidad para el usuario que paga un precio por los servicios que recibe. Por otra parte, las funciones de un refugio guardado desbordan cualquier planteamiento turístico o deportivo y entran de lleno en el terreno del servicio público.