Practicar apnea supone para una persona poner a prueba los límites de su organismo. Se trata de un deporte extremo, un tipo de buceo a pulmón libre que se basa en la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua mientras se recorren largas distancias o se desciende hasta grandes profundidades o se desciende hasta grandes profundidades.

La apneísta Sofía Gómez
La apneísta Sofía Gómez

Esta suspensión voluntaria de la respiración es, asimismo, la base de una actividad milenaria y vigente como la pesca submarina a pulmón, practicada, por ejemplo, por las ama en Japón, por los bajau en Indonesia y Filipinas, y por los wayú en Colombia y Venezuela. Aunque, en un principio, pueda parecer entrenamiento físico, el deporte de la apnea se basa principalmente en la relajación mental del individuo, la buena alimentación e hidratación, el fomento de los reflejos mamíferos en humanos, y el entrenamiento en ambientes de hipoxia y de presiones hidrostáticas altas donde los gases se comprimen dramáticamente y el volumen de los pulmones se ve considerablemente reducido.

 Esta muy particular actividad practica el descenso a la profundidad del mar a pulmón libre, es decir, sin equipos de submarinismo tradicionales como el esnórquel.

 

En un principio la disciplina permitía descender unos pocos metros (30 metros con peso variable en 1849) pero, a medida que se fueron sofisticando las prácticas, alcanzó a sobrepasar el límite de 120 metros con peso variable,1 por lo que se requirió de una cuerda atada a un ancla perfectamente vertical para evitar la desorientación del apneísta. Con este mecanismo sólo se sigue la cuerda en el descenso y ascenso sin la necesidad de orientarse abriendo los ojos. Los lugares ideales para la práctica de este deporte son aquellos en los que existe profundidad cerca de la costa. Otros factores a tener en cuenta son que no haya corrientes en el mar y que exista un buen clima fuera del agua, explica el campeón español de apnea, Miguel Lozano. Uno de sus lugares favoritos es Canarias, especialmente Tenerife. Egipto, Indonesia y el Caribe son otros de los espacios con mejores características para sumergirse.

El cuerpo humano se adapta para poder hacer el buceo libre. Primero disminuye el ritmo cardíaco entre 10% y 25% para ralentizar las funciones corporales y consumir menos oxígeno. Los vasos sanguíneos se contraen para elevar ligeramente los niveles de oxígeno y el bazo libera más glóbulos rojos para que llegue oxígeno a los órganos vitales, sobre todo el cerebro y el corazón (restringiendo el oxígeno en las extremidades).

 

Para ayudar a este proceso se contraen los músculos grandes. Dependiendo de la profundidad, el plasma sanguíneo llena los vasos sanguíneos de los pulmones para reducir el volumen y evitar daños que podrían provocar la presión a más de 35 metros de profundidad. Existen estudios que demuestran que el reflejo mamífero de inmersión se activa más rápidamente si existe un choque directo de la cara con agua a una temperatura baja.

NLT (No Limit)

El Apneista desciende con la ayuda de un peso de lastre y asciende vía un método de su preferencia. No Limits es la disciplina absoluta de la profundidad. Yendo abajo con un trineo, y regresando con la ayuda de: un globo o un chaleco con compartimientos inflables, u otros medios de ascensión.

FIM (INMERSIÓN LIBRE)

El apneista se zambulle en el agua sin equipo de propulsión. Es la disciplina  con las sensaciones más puras, debido a la velocidad del agua en el cuerpo y la energía de cada tirón en la cuerda como único medio de propulsión. La ejecución se puede hacer de cabeza o de pie durante el descenso.

Apnea Estática (STA)

El Apneista contiene su respiración tanto como le sea posible con sus vías respiratorias sumergidas. Un trabajo de gran concentración. La Apnea Estática es la única disciplina que mide la duración, y una de las dos disciplinas consideradas para las competiciones internacionales.